Vida intergaláctica

A veces por pura pereza mental terminamos creyendo que algunos géneros lo han dicho todo. Es difícil ver margen de mejora o posibilidad de cambio donde se agolpan decenas de títulos similares, que parecen haberse copiado entre sí, cuyos autores se han cuidado de no arriesgarse a distanciarse de una determinada fórmula especialmente apreciada por los jugadores. ¿A cuántos estrategas ambientados en el espacio hemos podido jugar en los últimos años? Innumerables, pero después de unas horas de probar Stellaris habíamos eclipsado casi todas las experiencias anteriores, como si estuviéramos frente a un nuevo punto de partida. Stellaris no es solo una gran estrategia, sino la historia de la expansión de una civilización en el espacio.



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Stellaris es ante todo el encanto del descubrimiento

Al comienzo de un juego, después de elegir si jugar solo o dedicarte al multijugador, puedes seleccionar una de las ocho carreras disponibles, o crear una desde cero con el completo editor incluido. Ya en esta etapa entendemos cómo Paradox realmente no ha dejado nada al azar. Los parámetros a seleccionar son innumerables y, como descubriremos jugando, todos tienen su propia influencia en las relaciones que se establecerán con las otras formas de vida que encontraremos en el cosmos. Por ejemplo, podemos elegir qué modelo de sociedad adoptar seleccionando una de las ideologías disponibles, que automáticamente reflejará las formas de gobierno que se pueden seleccionar. ¿Qué tal dirigir una sociedad materialista dirigida por un directorio de científicos? ¿Y una dictadura colectivista que admite la esclavitud? Si queremos, podemos darle más rasgos a nuestra sociedad, para aprovechar sus ventajas, pero al mismo tiempo sufrir sus debilidades, que aflorarán con fuerza cuando nos hayamos expandido lo suficiente. Una vez que el gobierno ha decidido, todavía tenemos muchos parámetros para seleccionar: la morfología del planeta madre, el tipo de tecnología espacial a nuestra disposición, nuestros colores y símbolos, etc. Es correcto advertirle que no es importante informar cada una de las opciones disponibles, pero es esencial que comprenda cuánta atención a los detalles han puesto los desarrolladores en la creación de un título complejo y articulado, que hace que cada juego sea único. Una vez elegida nuestra civilización, es necesario determinar el tamaño del universo del juego, seleccionando el número de estrellas de las que está compuesto y el número de las que contribuirán a la conquista del espacio. Mil estrellas puede parecer mucho para un puñado de civilizaciones (máximo treinta y dos), pero pronto descubriremos que no es así.



Paradox nos lleva al espacio con Stellaris: uno estratégico que no debe perderse

Los rudimentos

El comienzo de cada juego de Stellaris ve un escenario similar: nuestra civilización, sea lo que sea, está al comienzo de la colonización del espacio con una situación social en colapso. La población ha crecido demasiado y la madre planeta ya no puede garantizar el sustento de todos.

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Las batallas a gran escala son espectaculares

Al examinarlo podemos comprobar que casi todas las cajas de producción están ocupadas (se pueden gestionar para cada planeta colonizado). Debemos expandirnos si no queremos que la situación se vuelva explosiva. El universo es enorme y seguramente habrá otros lugares habitables, así como innumerables peligros, pero primero hay que descubrirlos. El sistema de partida en sí, sea el que sea, es un misterio en términos de recursos. Por tanto, lo primero que hay que hacer es utilizar una nave científica para encontrarlos escaneando los diferentes planetas del sistema, y ​​luego extraerlos con las estructuras en órbita que se pueden construir con naves de construcción. Jugando notamos un detalle más que nos hace comprender la complejidad del título de Paradox: el tutorial. La libertad que se nos ofrece es tan grande que probablemente no ha sido posible estructurar un tutorial lineal. Los desarrolladores han optado así por crear una especie de asistente, que se puede desactivar en cualquier momento, que nos da información cada vez que nos encontramos con una novedad, pantalla, carrera o concepto, asignándonos también misiones para comprobar el nivel de nuestro entendimiento. Puede parecer un método apresurado, pero demostró ser realmente efectivo para permitirnos aprender los rudimentos del juego y dejarnos la iniciativa de todos modos sin oprimirnos con restricciones (los tutoriales de los estrategas pueden ser letales). La alternativa, dada la cantidad de mecánicas de Stellaris, habrían sido horas de estasis leyendo explicaciones tras explicaciones, que en cualquier caso no habrían podido plasmar todas las facetas de la experiencia del juego.



El universo es nuestra interfaz

A primera vista, la interfaz de Stellaris parece mínima. En la parte superior izquierda hay seis botones que abren las clásicas pantallas de resumen y gestión de los aspectos generales de nuestra civilización galáctica. Inmediatamente conoces el diario, donde se anotan los eventos del juego, o puedes seleccionar las tecnologías a investigar asignándolas a científicos, dando prioridad a aquellas que se consideren más útiles para nuestra estrategia.

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La gestión de planetas colonizados individuales también ofrece varias opciones.

Cabe destacar el editor de naves espaciales, que nos permite reponer nuestra flota eligiendo entre modelos preempaquetados, o dejándonos la posibilidad de crear vehículos personalizados., quizás para aprovechar alguna tecnología recién descubierta, o por el puro gusto de la personalización. Hay tres vehículos básicos: los ya mencionados buques científicos y de construcción, a los que hay que sumar los buques militares. Sus funciones son claras, pero no tan obvias como podría parecer. Todas sus acciones deben gestionarse directamente en el mapa, que resulta ser el núcleo de la propia interfaz del juego. Tomemos un ejemplo directo. Después de estudiar los planetas de nuestro sistema, podemos enviar una o más naves científicas para explorar los sistemas circundantes. Hacerlo es muy simple: seleccionas un barco directamente en el mapa (o desde un menú lateral, conveniente cuando tienes muchos medios disponibles), luego haces clic en la flecha que lleva al sistema a explorar, finalmente seleccionas uno de los celestes cuerpos y dar la orden de examinar el planeta único o todos los alojados por el sistema mostrado. En caso de que haya problemas, por ejemplo, no hay un científico a bordo de la nave espacial, o hay un encuentro con una raza alienígena hostil, o si se encuentra alguna anomalía en un planeta para estudiarla por separado, recibiremos comunicaciones en pantalla que nos permitirá intervenir de inmediato. Cada evento se le da a conocer de forma clara al jugador, que puede gestionarlo en tiempo real o pausando la acción (cuando suceden muchos eventos al mismo tiempo, la pausa es preciosa).



La fascinación del descubrimiento

Los ejemplos que hemos hecho hasta ahora para hacerte entender cómo funciona Stellaris son pequeños en comparación con todo lo que el juego tiene para ofrecer. Desafortunadamente, es imposible tener en cuenta todas las opciones y, francamente, ni siquiera es nuestro objetivo hacerlo. Lo que más nos importa es hacerte comprender el cuidado que se pone en cada aspecto del juego y el estudio detrás del diseño de cada uno de sus elementos, es decir, cómo Paradox ha medido increíblemente entre la complejidad y la usabilidad, para quitarle peso a la interfaz, sin sacrificar nada de lo que los entusiastas de 4X buscan en un título similar.

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En el modo multijugador es importante conocer las fuerzas en el campo.

A medida que nuestra civilización se expande en el universo a pequeños pasos, buscando planetas habitables, descubriendo recursos y entrando en contacto con razas alienígenas con rasgos a menudo originales e inesperados, Stellaris se expande frente al jugador, revelando gradualmente sus cartas. Antes de entrar en contacto con otras civilizaciones, se hacen innumerables descubrimientos y uno queda fascinado por el nivel de la narrativa. El espacio está lleno de razas más desarrolladas que la nuestra, algunas equipadas con tecnologías que pueden acabar con nosotros en un instante, pero también las hay primitivas, que pueden convertirse en un recurso si se gestionan de la forma correcta (mucho depende de la forma de gobierno elegido). Por ejemplo, sucedió, liderando una sociedad despótica y militarista, todos llevados por la expansión, a atravesar un llamado Imperio Caído. Fuertes en nuestra flota, ignoramos sus advertencias e inmediatamente fuimos a la guerra (también porque querían que abandonáramos algunos planetas que acabábamos de colonizar). Lamentablemente sus amenazas no fueron descabelladas y nos vimos obligados a abandonar pronto el campo de batalla, llevándonos lo que quedaba de nuestro "ejército invencible", que no ha resultado tan invencible y cuyos cadáveres se han convertido en una advertencia aterradora para nuestra arrogancia. Las consecuencias de la derrota fueron desastrosas: después de la fuga tuvimos que renunciar a las colonias y nos encontramos con la madre planeta en medio del caos político. Evidentemente también hay hechos menores, algunos realmente mínimos pero contados con mucho mimo, como el descubrimiento de los cadáveres de exploradores de razas ahora extintas en algún planeta lejano al nuestro.

Diplomacia guerrera

Stellaris también ofrece un lado diplomático muy rico, inevitable en el género 4X. En términos estrictamente económicos y militares, se puede hacer un poco de todo, es decir, hacer alianzas, unir fuerzas contra un enemigo común, intercambiar bienes y tecnologías, crear rutas comerciales, permitir que los aliados crucen nuestros territorios, obtener el mismo derecho de ellos y así sucesivamente.

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El editor de la nave espacial es muy completo.

Imagina todas estas acciones en un juego con otros treinta y un jugadores, humanos y no, y comprenderás qué nivel de complejidad pueden alcanzar las relaciones entre las facciones. Eso sí, a pesar del cuidado puesto, es uno de los aspectos más convencionales del título de Paradox, es decir, no se diferencia mucho de la competencia directa. Quizás se podría hacer algo más en la gestión de las relaciones entre las distintas especies, pero dada la libertad que queda en la fase de creación, imaginamos que hubiera sido una empresa colosal prever todas las posibilidades. Incluso el bando más belicoso no presenta novedades particulares y, a pesar de hacer lo que debe, a menudo resulta ser una mera comparación entre los valores de las fuerzas en el campo. De nuevo no está mal, ya que Hacer las batallas demasiado complejas habría distraído de todo lo demás, pero unas cuantas opciones más no habrían hecho daño (verás que llegarán algunos DLC para profundizar en este aspecto). Hablando de tiempos de juego, prepárate para pasar muchas horas en Stellaris. No estamos hablando de decenas, sino de cientos, si te dejas llevar. Hay que dedicar mucho tiempo al juego para sacarle el máximo partido, incluso en el modo multijugador. Es cierto que puedes jugar en mapas más pequeños y con menos facciones en el campo, pero lo máximo se consigue en escenarios a gran escala, donde las fuerzas en el campo son muchas y los factores de estancamiento o crisis se multiplican. En general, es justo señalar que este no es un juego para todos y requiere dedicación. Otro factor que debe tenerse en cuenta es el idioma: Desafortunadamente, el español no es compatible. Si no sabe inglés (o uno de los otros idiomas seleccionables), tendrá muchas dificultades para jugar.

Requisitos del sistema para PC

Configuración de prueba

  • Procesador Intel Core i7-4770
  • 16 GB de RAM
  • Tarjeta de video NVIDIA GeForce GTX 960
  • Sistema operativo Windows 10

Requisitos mínimos

  • Windows 7 x86 o sistema operativo más reciente
  • Procesador AMD Athlon II X4 640 @ 3.0 Ghz / o Intel Core 2 Quad 9400 @ 2.66 Ghz
  • Tarjeta de video AMD HD 5770 / o Nvidia GTX 460, con 1024 MB de VRAM y controladores actualizados de los respectivos fabricantes
  • 2 GB de RAM
  • DirectX 9.0c
  • 4 GB de espacio en disco
  • Red: conexión a Internet de banda ancha

Requisitos recomendados

  • Windows 7 x64 o sistema operativo más reciente
  • Procesador AMD Phenom II X4 850 @ 3.3 Ghz o Intel i3 2100 @ 3.1 Ghz
  • Vídeo Scheda AMD HD 6850 / o Nvidia GTX 560TI, con 1024 MB de VRAM
  • 4 GB de RAM

Comentario

Entrega digital Vapor Precio 39,99 € Resources4Gaming.com

9.2

Lectores (71)

8.5

Tu voto

Stellaris es un título inmenso capaz de capturar en sus agujeros negros durante horas y horas. En este sentido es verdaderamente omnipresente, hasta el punto de que al jugarlo nos vinieron a la mente largas sesiones de juego con la Civilización o con otros estrategas del mismo calibre. No es un producto para todos y ni siquiera quiere serlo, dedicado como está a los fanáticos del 4x estratégico más radical, a pesar de la funcionalidad y claridad de la interfaz. En resumen, después de series de primer nivel como Hearts of Iron y Europa Universalis, Paradox ha producido una nueva obra maestra que los fanáticos no pueden perderse por ningún motivo.

PROS

  • Mecánica de juego multifacética
  • Combina la fascinación del descubrimiento con una gestión de recursos en profundidad.
  • Interfaz diseñada a la perfección
  • ¿Tiene una máquina de café lo suficientemente grande?
CONTRAS
  • Aquellos que no conozcan uno de los idiomas admitidos tendrán dificultades para entender el juego (falta el español)
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