Toy Story 4 - Revisión de la nueva película de Pixar

Toy Story 4 - Revisión de la nueva película de Pixar

"Tienes un amigo en mí ..." dice la inconfundible canción que hace de verdadero himno a esta irresistible serie que ya dio su primer paso en 1995. Una época en la que lo digital en el cine de animación sólo era sinónimo de publicidad estéril y experimentos olvidables. Allí Pixar, a pesar de haber sido fundada en 1986, habrá que esperar a que ese fatídico año se haga notar gracias al nacimiento del icónico Sheriff Woody y su amigo Buzz Lightyear. Portadores desconocidos del choque de lo viejo y lo nuevo, del estilo de animación obsoleto y el CGI más realista que, al igual que estos personajes, inicialmente se enfrentarán con dureza y luego encontrarán un vínculo indisoluble con el tiempo. La belleza de las obras de Pixar radica sobre todo en las historias y los sentimientos más explícitos, en hacer que todo lo reproducido en CGI sea humano y tangible. Por esta razón, las películas más antiguas soportan bien los signos del tiempo y se pueden volver a visitar como verdaderos clásicos a la manera de Disney. Los primeros Toy Stories son solo eso: verdaderos clásicos. Nueve años después del anterior "Toy Story 3 - La gran evasión" Vuelve la pandilla de juguetes que dio a conocer al estudio Pixar en todo el mundo por ese toque mágico e inconfundible que sabe inculcar en sus historias impregnadas de poesía y gráficos cada vez más futuristas. Esta es una película de rescate Toy Story 4. Salvar a nuestros semejantes (los juguetes) y salvarnos a nosotros mismos. Privado del canónico cortometraje inicial (la primera vez desde 1998), la película comienza con una pérdida que desencadenará un viaje On the Road a través de mil altibajos para recuperar un juguete reacio y comprender el propósito de su existencia.





Toy Story 4 - Revisión de la nueva película de Pixar

El viaje del sheriff

En este nuevo y brillante capítulo, el vaquero Woody es el maestro. La película es prácticamente un homenaje al protagonista de su aventura más solitaria y complicada: un viaje dentro y fuera de uno mismo, un viaje interior para mirar atrás y comprender el futuro. Esta vez la opción narrativa es dejar atrás la historia con el viejo maestro Andy -ahora adolescente y listo para la universidad ya en el capítulo anterior- para presentarnos a la pequeña Bonnie, a través del paso de la entrega de sus juguetes. Hablamos al principio de pérdida, ambiciones y nueva vida. Hay juguetes que seguirán sin inmutarse en sus ideales de crecer y ayudar a su dueño, sin importar si serán elegidos en los juegos o olvidados en una estantería; mientras que otros más desilusionados elegirán una vida al margen para salvaguardarse en la búsqueda perenne de una nueva motivación para seguir adelante. Emblemático es el vínculo entre Woody y un personaje que hace un gran regreso en la saga (en el capítulo anterior estuvo ausente) la pastora de porcelana Bo Peep: los dos se encontrarán profundamente cambiados desde la última vez que se conocieron y con dos visiones de existencia en las antípodas. Toy Story 4 es un capítulo aún más sensible hacia la psicología del juguete y su parábola de la vida: el juguete vivido, anticuado y del mero consumo. En él se perfila con más profundidad la soledad en el abandono y su cronología de vida, entre los cambios de manos de los distintos propietarios a su esencia más absoluta, mostrando las diversas ramas de su psicología, pero sobre todo, transmitiendo su humanidad y sus principios indisolubles en Esté apegado a su bebé como una niñera espiritual maternal. Un capítulo divertido pero también más psicológico en representar ciertas depresiones que experimentan estos personajes: desde el juguete reticente que ama la basura de donde proviene hasta el que intenta ayudar a su dueña a pesar de ser consciente de que no es su juguete favorito. En todo esto, lo único que probablemente sufre es la amistad con Buzz. Quizás el acto de amistad más sincero de toda la película, que deja casi por completo la escena a la historia más monográfica y caracterizada sobre los hombros de Woody. Deber de mencionar Fabrizio Frizzi que entrega a su sheriff a la excelente voz de Angelo Maggi (incluso Woody entregará cierta estrella a alguien), una opción segura y "familiar" para no molestar (con suerte) a nadie. Bastante similar en sello al de Frizzi y consistente en papel para ser el actor de voz oficial de Tom Hanks (Voz original de Woody). También destacan: Luca Laurenti para dar la voz a los aturdidos Forky e Corrado Guzzanti en la excelente caracterización de lo irresistible Duke Caboom, el juguete de acrobacias que no está a la altura de las expectativas publicitarias.



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