Máscara en juego: entre rostros desconocidos y posibles realidades

    Máscara en juego: entre rostros desconocidos y posibles realidades

    ¡Hoy es un martes de carnaval lleno de máscaras y los fanáticos del mundo de los videojuegos sabemos lo suficiente! Piense que, cuando jugamos videojuegos, nos vemos reflejados en la identidad misma del rostro que estamos tomando prestado. Hay quienes dicen que cuando usamos una máscara, nos escondemos y nos identificamos con algo que la mayoría de las veces no nos pertenece. Es como si en parte quisiéramos anular nuestra interioridad porque tenemos miedo al juicio de los demás. Generalmente usamos frases como "¡quítate la máscara!", "Ese tipo siempre usa una máscara", "¿qué hay detrás de su máscara?". En el momento en que nos apropiamos de uno de ellos, revelamos lo que realmente no somos y ocultamos nuestra autenticidad.



    Máscara en juego: entre rostros desconocidos y posibles realidades

    Entonces, ¿por qué tenemos que usarlos tanto? Sí, porque al final no solo nos vestimos con uno, sino que necesitamos un cambio constante. Pero, ¿hemos pensado alguna vez que la máscara podría ser un medio que nos revela cosas en lugar de ocultarlas? En un sentido, nos permite jugar el papel de algo o de otra persona y nos acerca a realidades diferentes y posibles. Creo que este concepto está muy bien expresado por los actores, quienes personificando un rol se identifican y nos hacen participar de una realidad diferente. Evidentemente, los actores también son los protagonistas de nuestros queridos videojuegos, cada uno de los cuales tiene su propia historia y vive en un universo que no nos pertenece. Sin embargo, nos fascina y no esperamos más que jugar un nuevo título, que quizás solo desde el tráiler pueda parecernos interesante. Mirándolo desde mi punto de vista el interés no radica en la mera experiencia del juego, sino precisamente en el hecho de que puedo tener la libertad de conocer y acercarme a algo que antes de ese momento nunca hubiera imaginado. Generalmente nos gusta pensar cómo nos habríamos comportado en esa situación particular y vivirla, aunque sea a través de la pantalla, nos hace sentir héroes; ya veces amamos tanto ese papel que simplemente no queremos dejarlo y pensamos “¿por qué no disfrazarnos como él para la próxima fiesta / feria?”.



    Máscara en juego: entre rostros desconocidos y posibles realidades

    En el campo de los videojuegos hay muchas máscaras pero hay algunas que mi mente hace coincidir de inmediato. Debido a mi pasión por los títulos de Final Fantasy, el término máscara en los videojuegos me remite inmediatamente a Cecil Harvey: la transición que toma cuando se da cuenta de que está en el lado equivocado, por lo tanto, de la oscuridad a la luz, es interesante. Encuentro este concepto realmente fascinante y esto se subraya no solo por el cambio de armadura sino también por la pérdida del casco que enmascara su verdadero rostro. Pero hay que decir que la máscara por excelencia me la sugiere de un título de 1996, probablemente porque fue uno de los primeros que jugué de niño. Estoy hablando de Aku Aku de Crash Bandicoot y debo admitir que eso del hermano malo, Uka Uka, ¡me preocupó un poco! ¡Luego están las máscaras como la de Majora's Mask en The Legend of Zelda que nunca haría pasar por malvadas! Pero en definitiva, aparte de las máscaras chamánicas realmente hay muchas máscaras interesantes en el mundo de los videojuegos: las reconocidas de Kingdom Hearts X Back Cover, la que tiene la función telescópica de Corvo Attano en Dishonored, o incluso las de los luchadores de los juegos de lucha. , lo que inmediatamente me llevó de regreso a King y Armor King de Tekken.Máscara en juego: entre rostros desconocidos y posibles realidades

    ¡Incluso los campeones de League of Legends disfrutan cambiando de aspecto! Pero, ¿alguna vez pensaste que una máscara podría reescribir el destino de un hombre? Sí, parece que también los hay (o al menos como nos dice Prince of Persia). Todo esto para decir que incluso en los videojuegos hay máscaras por muchos motivos, tanto para infundir miedo, tanto por apariencia como por motivos mucho más graves que cambiarse de ropa! Un poco como nosotros cuando decidimos llevar un disfraz o mejor, para quedarnos en el tema, una máscara y, a diferencia de nuestros héroes, elegimos cuál ponernos. Ahora nos vestimos para cualquier ocasión y las ferias que nos permiten hacerlo son cada vez más. Creo que el cosplay no es solo una forma de ser o pensar “¿qué personaje hago en la próxima feria porque me pone genial?”. Solo pensar en crear e interpretar un papel que amamos nos convierte en artistas al hacer de una ficción algo real y que puede existir en sus términos de existencia.



    Máscara en juego: entre rostros desconocidos y posibles realidades

    Es un error pensar que el cosplay es para inadaptados, es simplemente un arte, un sueño que se vive por poco tiempo. Personalmente, cuando decido preparar mi próximo cosplay, elijo una realidad de la que me gustaría ser la actriz. De hecho, la mayoría de las veces los que interpretamos son los personajes en los que más nos vemos. ¡Nunca pensaríamos en disfrazarnos de un personaje que no nos gusta o que sabemos que no tendría nada que ver con nosotros, con nuestro ser! Al hacer cosplay, también descubres partes de ti mismo, te deshaces de la timidez inútil (yo incluido), y en ocasiones se crean lazos duraderos de amistad, dictados por algo que va más allá de salir un sábado por la noche. Luego, poco a poco, te das cuenta de que lo más divertido es crearlos y comienzan a surgir nuevos pasatiempos y pasiones. Creo que el cosplay es un arte que fomenta las ganas de crear y terminar esa cosa en su interpretación; y es bueno que no exista solo hoy para hacerlo, porque las máscaras nos abren muchos mundos y realidades, ocultando nuestro rostro pero revelando infinitos.


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