Alita: Angel of the Battle - Revisión, del manga a la pantalla grande

Alita: Angel of the Battle - Revisión, del manga a la pantalla grande

¿Quieres la idea de ver otra reinterpretación occidental de una obra oriental? ¿Quieres el poco éxito que han tenido las películas inspiradas en el manga? Alita: el ángel de la batalla. Tomar ideas impresas en papel blanco y negro y hacerlas tangibles, para un público ahora adicto a gráficos ultrarrealistas y efectos especiales capaces de dejarnos sin palabras, es un verdadero desafío, que afortunadamente se basa en nombres como Robert Rodríguez (dirección) e James Cameron (productor). ¿Pero vale la pena?



Alita: Angel of the Battle - Revisión, del manga a la pantalla grande

Nacido para pelear

La película, que en unas 2 horas -más o menos- cubre toda la trama de la primera serie (del mismo nombre) estrenada en los años 90, pone de inmediato en el centro de atención una acción bien estructurada, capaz de llevar al espectador a un mundo donde la ley del más fuerte está en vigor. La ciudad de Hierro, los barrios marginales de un mundo que utiliza la tecnología tanto para mejorar los cuerpos de los seres humanos como para convertirlos en cyborgs, contrasta con un idílico Zalem que permanece en el cielo, inaccesible para los de abajo. El doctor allí Dyson Ido (Occidentalización del nombre original en el manga Daisuke Ido, Christoph Waltz) encuentra una cabeza de cyborg con el núcleo aún intacto. Después de salvarla y darle un nuevo cuerpo, comenzarán las aventuras del olvido. Alita (Rosa Salazar en Motion Capture), en busca de sus orígenes y descubriendo nuevos amigos, incluidos Hugo (Keean Johnson).

La trama no brilla con originalidad, sino que sirve de camino hacia la lucha posterior cada vez más bien dirigida, adrenalina bastante, nunca exagerado pero capaz de poner a prueba los gráficos por ordenador utilizados para la ocasión. Para soportar todo, sin embargo, la ambientación se encarga de ello, original tomado de las manos de Yukito Kishiro (mangaka creador de la obra). Desafortunadamente, en algunos aspectos la historia encuentra algunos contratiempos: si algunos se originan en el trabajo de la madre, otros se insertan apresuradamente, dando una sensación de velocidad demasiado exagerada. La eliminación de estos habría permitido desarrollar en su lugar partes de la trama que habrían sido mucho más importantes.



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Este problema también se encuentra en el pool de enemigos, demasiados para una sola película de 2 horas y media y por tanto reducidos a motas (Ed Skrein como Zapan, Jackie Earle Haley como Grewishka e Mahershala Ali como Vector). Pese a todo, el problema real sigue siendo la sensación de expectación que, al final de la película, nos deja con ganas de conocer más sobre el pasado del Ángel de la Batalla (que vemos en algunos flashbacks con un mentor actuado - siempre en Motion Capture - desde Michelle Rodriguez) y sobre el desafío que le espera contra Nova, el terrible enemigo (Edward Norton).

Adrenalina

Si el cartel ya resaltaba cómo el núcleo de la película era la acción, después de los primeros 20 minutos incluso la propia película comienza a calentarse, trayendo a la pantalla peleas muy equilibradas. Aunque la trama continúa hacia costas terriblemente rebajadas (excepto por dos o tres pequeños giros, pero nada especial), esto pasa a un segundo plano precisamente porque toda la experiencia se vuelve muy divertida al ver esta aventura hecha de características estilísticas clásicas (y a menudo dedicada a la manga de tipo Shonen).


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Nada de esto podría existir sin el sector técnico, sublime en todo: desde el escenario fielmente recreado hasta los diversos cuerpos cibernéticos, cada detalle se amalgama en una fusión de Computer Graphics y realidad de muy alta calidad. Desafortunadamente, el Captura de movimientoAunque consigue honrar el personaje de Alita y los demás cyborgs, tiene algunos defectos: la boca, sobre todo, tendrá en ocasiones movimientos levemente antinaturales, quizás también por una expresión facial que no siempre se reproduce fielmente. Sin embargo, estos se pueden contar con los dedos de una mano, frente a la exquisita artesanía del resto de escenas.


En definitiva, los 200 millones gastados se pueden ver de principio a fin, y traen al cine una película que muestra cómo es posible contar una historia hecha de principios morales y éticos sin detenerse demasiado en hablar. Entre humanos más fríos que el metal y cyborgs de corazón ardiente, Alita: el ángel de la batalla es una película de acción que brilla, a pesar de su trama no original y sus problemas, de una luz cálida y propia, poniendo énfasis en la acción sin olvidar contextualizar y ubicar a los personajes, no demasiado espesos psicológicamente sino concretos y nunca banales.

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